Confesiones anónimas: El oso perezoso

Existe una teoría de que los casamientos son un buen momento para que las solteras encuentren pareja, nunca me terminó de cerrar, pero se supone que tiene que ver con que van los amigos del novio (quizás de 10 uno está bueno) y que además están sensibilizados porque se casa el amigo (alcoholizados creo que encaja mejor).

Esa teoría puede ser buena para conocer a alguien, pero nada indica que esa persona va a encajar con vos, vamos a entrar en la historia de nuestra confesora anónima que puso mucha energía en describir su historia, no así él…

Erase una vez una joven doncella que estaba encargada de organizar la despedida de soltera de su gran amiga (difícil tarea y más cuando son muchas mujeres que no se conocen) una de las partes más importantes de la fiesta era la limusina, en Europa, donde vive nuestra confesora, se estila dar un paseo en este tipo de autos antes del matrimonio.

El contacto con el chofer de la limu fue por Facebook, era el amigo del chico que se casaba. Todo indicaba que el contacto iba a ser fácil y conseguirían el auto para el día indicado. Claro que la limu tenía un conductor! Y para sorpresa de la organizadora…la fantasía de la limusina iba a ser completita! El chofer estaba más bueno que comer ñoquis un 29!

“Cuando vi su foto de perfil en Facebook me quise morir, confieso que me dio mucha vergüenza contactarlo, pero “lo hice por mi amiga” (acá podemos sacar nuestras propias conclusiones). Justo en esa época estaba tristona porque mi chico me había dejado por otra, así que empecé a hacerme la ilusión con este hombre que parecía tenerlo todo”.

La noche de la despedida llegó, claro que ella había estado semanas pensando en qué ponerse y haciéndose una película en la cabeza de todo lo que iba a pasar en ese encuentro.

Estaba diosa total, atrás había quedado el maquillaje corrido por el hombre que me dejó, las expectativas estaban puestas en el conductor misterioso.

Cuando llega la limusina ella estaba entre nerviosa, ansiosa, mojada y diosa, pero para su sorpresa la compra había salido mal ( viste cuando comprás por internet un vestido que a la modelo le queda divino y cuando te llega la caja te lo probás y parecés una loca? lo mismo le pasó a ella en la noche de despedida de soltera). Baja el conductor y claramente no era el de la foto de Facebook, o puso otra imagen para vender más o envió a otro conductor…

Claramente la noche no iba a ser lo mismo, la pasaron bien pero “faltaba algo”.

 

El casamiento

 

El día del casamiento llegó y cuando ella vio que la limusina que traía  a la novia era la misma que había contratado para la despedida, su corazón empezó a latir muy fuerte y volvieron los nervios, la ansiedad y la humedad…

Era él, el chico de la foto de Facebook, el conductor que la había conducido a varias fantasías durante ese mes.

“Se bajó del auto, nos miramos, sonreímos y esa noche bailamos hasta la madrugada. En mí ciudad se acostumbra a ir al puerto después de las fiestas, así que los amigos y amigas del matrimonio fuimos a ver el mar y tomar unas copas.

Esa noche me fui con él, dormimos en su casa. El dormimos es literal, llegamos nos acostamos vestidos en la misma cama (yo con el vestido de princesa) y dormimos…”

Al día siguiente él la llevó a su casa se despidieron y pasaron varias semanas escribiéndose, sin verse, hasta que llegó el día.

“Salimos varias veces y estando en reuniones de amigos o bares con la música fuerte y las voces a full, él se quedaba dormido, no importaba el contexto, él era un oso perezoso, no le dí mucha importancia, estaba muy bueno y eso no iba a influir en nuestra reciente relación.

Un par de veces quedamos para vernos en su casa, y para mi sorpresa el perezoso se quedaba dormido, aceptaba unos juegos previos (no se dio cuenta de que el previo tiene un posterior) y después ronquidos!!!”

El tipo era todo un fraude, tanto soñó ella con este conductor que al final el que terminó soñando cada noche fue él. Claro que la doncella pensó que ella no lo encendía, pero no era así.

Crease o no, los encuentros duraron más de dos años. “El se acostaba y esperaba a que yo haga todo el trabajo y después se dormía, y cuando no se dormía era lo mismo porque tenía su miembro como un lápiz labial, pero yo estaba enamorada”.

Por suerte los encuentros terminaron, bueno él terminaba…, y la doncella siguió con su vida.

 

Consejo: Tenga sueño o no, no podemos dejar que siempre disfrute la otra parte, sea el hombre o la mujer. Se supone que las relaciones son de a dos, y por más que estemos enamorados, el no preocuparse por el otro no solo pasa en el plano sexual sino que después se lleva también a la pareja en general.

Te invito a que me envies tu confesión a francesca@erotiquepink.com

 

 

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