Descripción
La obsidiana fue creada en el centro del volcán, es lava interna. Y al salir y tener contacto con la superficie se cristalizó como vidrio, por eso no es un Cristal, ya que su estructura es amorfa (sin forma, sin orden, al igual que nuestro inconsciente).
Es fogosa y ardiente, es profunda y subterránea. Con ella podemos realizar el viaje al Hades, a ese mundo subterráneo donde habitan nuestros deseos y aullidos más guardados.
Al no tener una estructura molecular ordenada, ella nos sumerge a danzar en nuestro inconsciente. En ella no existen ni las fronteras, los bordes o limitaciones, todo es posible en el plano de lo caótico, y lo erótico.
Es darle rienda suelta a todo lo que habita dentro nuestro la salvaje, la sensible, la devoradora, la hechicera, un conjuro de placer puede danzar en nosotras siendo todas a la vez.
Al ser una piedra intensamente protectora que forma un escudo podemos navegar en todo aquello oculto, inconsciente e inesperado sabiendo que ella crea un campo de protección alrededor nuestro, por lo tanto, nos da la valentía de hacernos cargo de todo lo que encontramos o vemos allí habita en nosotras.
Utilizar esta Vara de obsidiana puede borrarnos o drenar todos aquellos bloqueos o limitaciones que sentimos a la hora de disfrutar y gozar de placer, sólo para verlos y ser conscientes, no para autoexigirnos aún más en ser perfectas. Nuestras heridas y dolores son partes, aceptarnos amablemente, respirarlos suavemente, hacerles espacio, darles tiempo y caricias, ser lo más amables con nosotras mismas.
Te llevará a la raíz con la plena confianza que cuando salen a luz y pueden ser visto, de por sí, ya todo es trasformado. Sentirlo todo, con todo y desde todo, es la clave para darle espacio a que también algo muera y se trasforme. Dejar de ocultarlo, rechazarlo o negarlo, es a veces el simple secreto del “Arte de Sentir”.
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