Soy una persona con una educación tradicional pero eso no significa que no pueda permitirme cumplir una de mis fantasías.

Hace 6 meses conocí a un chico de 40 años que desde el primer momento coincidimos en la energía sexual, nos gusta el erotismo a los dos. 

¿Cómo nació la idea del trío? 

Un día cualquiera Martín me escribió por whatsapp y en ese jugueteo de medianoche me preguntó si tenía una amiga que se sumara a nosotros, obviamente no. Tengo muchas amigas pero ninguna comparte estos temas o no se acercan por temor o tabú. Martín me sugirió que él podía tener a alguien y así fue como me envió un par de fotos, esas que tenemos todos, comunes.

Fuimos armando la cita de tres. Él le envió también un par de fotos mías, nada preparadas ni con posturas sexuales. 

Sabía que algo tenía que dejar librado al azar ¿Qué me pasaría al besar a otra mujer? ¿Me sentiría cómoda al compartir a mi chico? ¿Podría manejar mis celos? Enfrentarme a esto me hizo que tomara responsabilidad en el encuentro, ¿Qué tan generosa puedo ser? Ese momento sería enriquecedor, uno más para conocerme.  

Al pensar en que ese día se acercaba, mi cabeza y mis emociones se ordenaban …

Lo primordial fue tener el deseo de cumplir la fantasía, no realizarla por complacer a Martín. Le hice a él todas las preguntas y me saqué todas las dudas, fue ese diálogo el que aumentó mi confianza y el deseo que es lo que nunca puede faltar en la autoexploración, en el encuentro de dos y más en uno de tres 

Otro de los temas fue elegir el lugar del encuentro. Creo que lo ideal es elegir uno neutral, en el caso de un trío de HMM, lo ideal sería en la casa de él o un hotel, de esta manera ninguna de las dos podíamos  inconscientemente sentirnos más dominante. 

Recuerdo que le pedí a Martín que me gustaría que me pase a buscar,  ya que me sentiría más tranquila al igual que cambiaría de preservativo con cada una, esas fueron mis condiciones. La chica que se sumó ya tenía experiencia en estar con mujeres siendo hetero y al saberlo sentí que quizás ella la tendría más clara que yo,  por eso le pedí a Martín que si yo no me sentía cómoda quedaría en un encuentro de amigos & drinks. 

Llegó el día y me preparé como si fuera a una fiesta, me puse un conjunto de ropa interior que me encanta, me maquillé y a las 21:30 estaba Martín pasándome a buscar. Así fue que nos juntamos en la casa de él con un poco de champagne, mi bebida preferida, que ayudó a crear un ambiente de relax.

Al llegar a su casa empezamos nosotros a besarnos y calentar el ambiente, una media hora después vino ella. Con mucha sutileza los tres nos encontramos besándonos, priorizando el goce propio pero no olvidando el del otro ya que era importante incluir al tercero. 

Debo reconocer que Martín encontró la forma para ser generoso con ambas. Fue una experiencia donde el deseo y la generosidad fueron los pilares para que los tres disfrutemos de esa noche.

 

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