¡Que levanten la mano los que quieren diversión en la intimidad!
Soy de esas! así fue como me animé a experimentar con juguetes a la hora de la autoexploración, había en mí un deseo de probar, encontrar otras formas de placer y aumentar así la excitación. El primer desafío fue traspasar el umbral del clásico Sex Shop, me encontré una inmensidad de accesorios para todos los estilos y prácticas como el BDSM por mencionar un grupo de ellas. Generalmente uno no termina encontrando privacidad en el asesoramiento, primero te atiende una vendedora, luego otra y el juguete ¿quién te lo entrega? …el cajero, cuando uno lo que más necesita en ese momento es que te escuchen para poder llevarte lo que justo es para vos. Debido a esa atención que recibí tan desordenada, me informé y me encontré un día conociendo Erotique Pink, un lugar diferente.
Siempre me llamaron más la atención los vibradores discretos, eso me acercaba más a mi erotismo y a lo que me hacía sentir cómoda a la hora del autoplacer. Cada uno tiene sus gustos y empezar con una bala vibradora podía ser un buen comienzo para conocerme, adquirí una y la elegí priorizando la buena calidad del material, ya que estamos hablando de salud sexual.
Al tiempo sentí mucha curiosidad por experimentar con las Kegel balls, simpáticas, divertidas, de unos 30/40 gramos, las elegí con diseño de pelotitas de tenis ya que mi novio en ese momento era profesor de ese deporte. Las Kegel balls son excelentes para mejorar el suelo pélvico pero también para esperar a tu pareja o que te las coloque con la boca y así jugar juntos.
Experimentando y jugando llegó mi última adquisición, el incomparable Double Joy de Satisfyer, un vibrador que se disfruta a solas y en pareja. Es mi preferido, cómodo, impermeable y de una silicona muy suave, di vi no!!! Mi mejor consejo es que encuentren su preferido, el camino para descubrirlo puede ser muy divertido.