Confesiones anónimas
Envíanos tú confesión a francesca@erotiquepink.com
En mí vida conocí innumerables casos de mujeres que creaban grandes fantasías entorno a una persona, claro que imaginando siempre los aspectos positivos y destacando , en cada sueño, todo lo que esa persona tendría a favor.
Asiduamente se trata de hombres que habían conocido en un bar o un gimnasio o tal vez un compañero de trabajo o estudio con el que en varias oportunidades nos imaginamos a un lobo sexual y al hacer el sueño realidad nos dábamos la cabeza contra la pared.
Ella es argentina de nacimiento, pero hace varios años que vive en otro país, a más de 12.000 kilómetros de distancia.
Hacía siete años que no visitaba su país natal, hasta que con la excusa del casamiento de su mejor amiga armó las maletas y decidió dejar el crudo invierno para disfrutar de diez días de calor en Buenos Aires.
Su viaje fue corto pero intenso, la mayor parte de las actividades que tenía pensadas no salieron como planeaba, pero… dos días antes de emprender el regreso se puso sus mejores prendas y salió a disfrutar la noche argentina.
Entre tragos y baile conoció a un hombre local, los latinos son calientes, y esa no era la excepción. La invitó a cenar la noche siguiente y ella aceptó.
A un día de su regreso tenía una cita, estaba con la ilusión de una adolescente, hacía muchos años que no salía con un argentino.
En Buenos Aires está de moda la cerveza artesanal, cientos de bares alojados en la zona palermitana, uno de ellos era el lugar elegido para pasar la noche.
Después de algunas ipas y largas conversaciones, los nuevos amigos se despidieron con un húmedo beso y un hasta pronto.
Ella tuvo largas horas de avión para pensar en él hasta llegar a su casa y desde ese día no pararon de enviarse mensajes.
Ella era enamoradiza, por lo que una semana después de haberlo conocido ya estaba triste por su lejanía.
Un día él le escribe, emocionado, invitándola a conocer la ciudad de los vinos, Mendoza, una provincia argentina que produce uno de los mejores vinos del mundo. El plan sonaba perfecto, salvo por los miles de kilómetros que los separaban. Sin embargo, a las pocas horas ella ya tenía su pasaje reservado y las maletas (que aún no había llegado a desarmar) listas. Lencería, escotes y zapatos altos completaban su maleta.
Sin pensarlo estaba regresando por segunda vez en un mes, tan solo para pasar un fin de semana “de pasión y lujuría” en la ciudad del Malbec.
Las expectativas eran extremadamente altas, el primer encuentro sería antes del viaje, en su departamento con cena de mariscos y un rosé local.
Luego de unos besos apasionados y algunas caricias que rosaban lo sexual, ella toma la iniciativa y se dirige al cuarto, se queda con una sola prenda y lo invita a desnudarse, él dejando una luz intensa como la sensación que sentía al verla, se avalanzó sobre la cama y comenzó a darle besos húmedos por todo su cuerpo.
Claramente a él le excitaba el sexo caliente, mientras que ella esperaba algo más romántico.
El hacía toda clase de poses, tal kamasutra, y cada vez se intensificaba más su excitación.
- Decididamente no estaba pensando en mí, no me estaba haciendo disfrutar, su miembro estaba tan ardiente que en pocos minutos iba a pasar al más allá.-
Después de cinco poses diversas de un minuto de duración cada una y sin mediar palabra o miradas con ella, él se derrama sobre su vientre, respira profundamente, suelta un gemido feroz y se recuesta lejos. Como si se dispusiera a “acabar la noche” apaga la luz y hace silencioso por varios minutos.
- Me sentía ultrajada, vulnerable, había viajado miles de kilómetros para esto, para que un hombre egoísta explote sobre mí sin darme una sola gota de placer, toda sucia y sin haber llegado a mi punto de ebullición, le pedí que me diera algo para limpiarme y le confesé que no había gozado del encuentro. El solo me dijo que creía que yo había tenido varios orgasmos y que generalmente las mujeres son así, tienen una seguidilla de orgasmos antes que él.
Claramente el hombre se sentía el dios del universo, creía conocer a las mujeres y estaba generalizando de que todas somos multiorgásmicas, en ningún momento había pensado en ella, ni siquiera tenía la sensibilidad corporal para darse cuenta que el sexo de su pareja no mostró signos de llegar al punto máximo.
Esa pobre mujer que había creado falsas expectativas aún tenía un largo viaje junto al egoísta.
Diagnóstico: Un egoísta y una mujer que se enamora antes de probarlos.
Amiga anónima: lo mejor que podés hacer en estos casos es hablar con la persona, ser clara y decirle que no disfrutaste, es duro, pero más duro es pensar que viniste hasta acá para pasar varios días al lado de un hombre que no te da place y que ni siquiera se preocupa, si no pensás decírselo para ver si las cosas cambias, mejor buscá otro latino y aprovechá tu viaje.
En este caso, claramente el hombre quería mostrar experiencia, diciendo que había estado con varias mujeres y que todas habían sentido placer antes que él por eso no la había esperado. Eso demuestra inmadurez sexual y cero preocupación por su compañera de aventura.
Envíanos tú confesión a francesca@erotiquepink.com
Te recomiendo uno de estos juguetes por si te toca un egoísta